miércoles, 21 de mayo de 2014

Pensamientos de una noche de primavera

Bé, aquest text està originalment escrit en castellà, i com que no volía que perdés l'essencia no l'he traduït. Espero que us agradi.





El agua caliente contrasta con el aire frío típico de una noche de primavera. El agua me empieza a bajar por el pelo y lentamente fluyen mis pensamientos. ¿Cómo pueden las cosas cambiar tan rápidamente? ¿Cómo pueden los sentimientos depender de una cosa tan complicada como es el corazón?

Me cuestiono cosas típicas de un día lluvioso. De un día de esos que sólo te trae recuerdos. Recuerdos de sentimientos tristes o malos. Recuerdos de momentos en los cuales a nadie le importas lo suficiente como para sacarte una sonrisa que llegue realmente y te cure las heridas. O al menos te las tape. Impotencia, rabia, tristeza... Eso es lo que siento cuando pienso en él. Y ahora mismo lo hago, pienso en él.

Pienso en él, en sus ojos y en el modo en que su mirada parece que esté escaneando mi corazón. Pienso en él, en sus labios que cada vez que hablan, parece que hagan que me rompa un poco más. Pienso en él y pretendo que está a mi lado, cogiéndome de la mano y sonriéndome cada vez que vuelvo la cabeza hacia él. Finjo que me encuentra entre toda esa aglomeración de gente. Que él y yo estamos solos, aunque juntos.

Pero nada de esto es real. Estoy hablándome a mi misma, pensando que hay un camino para nosotros, aunque cada día aprenda que sin mí, su mundo seguiría girando. Sigo creyéndome todas esas mentiras. Eso que son simples sueños que aspiran a poder ser reales. A ser reales solo para mí. Y por desgracia, esas imaginaciones vacías de realidad me llenan más que la vida real. Una ficción que más que nada me libra de una rutina que no termino de comprender. ¿Vivimos para querer, o queremos para vivir?

A veces pienso que si deseo una cosa con todas mis fuerzas voy a poder hacer que sea real. ¿Es eso cierto? Lo dudo, sinceramente. Pero a veces creo que soy la única con sueños, con metas, con algún deseo. Pero no. Todo el mundo sueña, todo el mundo desea, todo el mundo quiere, todo el mundo planea...

Pero yo no planeo un para siempre juntos, solo quiero que haya un nosotros formado por él y yo. Aunque sea momentáneo. Quiero sobrevivir a partir de instantes. Instantes como este. Una ducha caliente que rememora recuerdos en un día frío de primavera. Un día no muy bueno en el que he descubierto que me rompo cada vez que me doy cuenta que no estoy entre sus brazos y no me da ese simple abrazo que esperaba. Ese abrazo que creía que no significaría nada dentro de mí. Pero como muchas otras veces en mi vida, me he equivocado.

Dicen que los peores errores son los que no cometemos. Yo quiero equivocarme. Quiero equivocarme con él, ver de manera distinta la vida, errar para aprender. Quiero aprender y dejar de fingir. Porque últimamente solo pretendo una realidad falsa. Finjo que puedo ser feliz cuando en realidad, la sonrisa que me enmascara, es tan dolorosa que me quiebro por dentro, en silencio.

2 comentarios:

  1. engañarse es una forma de apaciguar el dolor, aplacarlo, al menos, hasta que la realidad se vuelva implacable, en toda su crudeza. no es mal método, oye. además, si solo los días de lluvia acarrean esta tristeza, con la sequía que arrastramos en todo el levante... ni dos días al año, vamos, es un chollo! ánimo

    ResponderEliminar
  2. Supongo que deben ser los sentimientos momentaneos... Gracias de todos modos, por leer y comentar:)

    ResponderEliminar